La
verdadera libertad solo llega cuando uno no se siente atado a ningún
sentimiento, o al menos no hasta el punto de ser dominado por él. Hacen falta
unos añitos y una dosis alta de sufrimiento a veces para llegar a ese punto en
nuestras vidas, pero es entonces y solo entonces cuando nos conocemos lo
suficiente y adquirimos la voluntad necesaria para ser nosotros mismos, sin
miedos, y con la total certeza de que no cambiaremos nuestros principios, y que
no renunciaremos a quienes somos, y a eso que nos hace diferentes por nadie,
porque solo alguien a quien realmente le interese lo que haces, sin pretender
cambiarte, y que sea capaz de amarte con todo lo que has sido, y eres hasta ese
momento, sin pretender convertirte en un reflejo de sí misma, es capaz de
proporcionarte toda la felicidad que necesitas. Esa sensación de libertad, de
que puedes elegir, es prácticamente insustituible. Tomar el control de nuestras
vidas y de nuestro corazón es el mayor logro al que podemos aspirar.
Samuel G.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario