HUIR DEL CORAZÓN
Huir del corazón, no es lo más acertado cuando nos han hecho daño.
No puedo compartir el método de algunas personas de evitar cosas que le recuerden que aun tienen un corazón deseoso de amar y ser amado. Sería como evitar echarse nuevos amigos porque uno de ellos te fallo, o evitar ir a las reuniones porque alguien de allí te hizo daño, o te recuerdan a un hermano o hermana que te falló.
Si evitamos todo aquello que nos hace sensibles y nos toca el corazón, al final podemos acabar volviéndonos tan fríos como aquellos que una vez nos hicieron daño.
Las conversaciones sobre el amor, y las películas románticas y sensibles donde el amor triunfa sobre todo lo demás, donde las cosas son siempre ideales nos devuelven de algún modo la esperanza de que ahí fuera todo es posible, y que el amor al final triunfa sobre todo lo demás.
Solo necesitamos enamorarnos de la persona, y no idealizarla ni enamorarnos de lo que pensamos que llegara a ser en un futuro como consecuencia de estar a nuestro lado, tenemos que asegurarnos de que quien afirme querernos lo haga de nuestra personalidad, de nuestros principios y de nuestro corazón, y no de nuestras metas o proyectos, de nuestras responsabilidades en la congregación y cosas así, que pueden cambiar por circunstancias de la vida. Y al mismo tiempo asegurarnos nosotros también de que no nos hemos enamorado de esas cosas que puede cambiar ineviteblemente.
¿Dejaríamos de ir a la reunión porque allí nos hace recordar cómo alguien una vez nos hizo daño? seguro que no, seguiríamos yendo para reforzar aquello en lo que siempre hemos creído. Pues lo mismo aplica a las relaciones con otras personas, a las conversaciones y películas sentimentales.
Una actitud de soy el más fuerte, autosuficiente e independiente de los que me rodean, y no dejare que nada ni nadie me haga sensibilizarme ni hacer llorar, es probable que funcione, y consigas que con el tiempo nadie cuente contigo o se acerque a ti por pensar que no necesitas nada de nadie para seguir adelante o para ser feliz.
Los animales son los únicos que han sido creados con esa independencia de los de su misma especie, y son capaces de sobrevivir solos sin necesitar nada más, pero nosotros, si negamos nuestra propia naturaleza, (esa que aunque nos hace vulnerables nos hace sentirnos felices cuando tenemos a nuestro lado a alguien que nos admira, nos respeta y nos necesita para compartir su felicidad), e intentamos apagarla, quizás nos ayude a sobrevivir algún tiempo, y nos haga sentirnos más seguros al no arriesgar nada de nosotros mismos, pero de ningún modo hará que nos sintamos
Samuel G.M.
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