domingo, 30 de septiembre de 2012

SOLO QUISIERA



Quisiera dedicarte unas palabras
que encierren algo de poesía,
unas palabras donde mis miedos
no sean el protagonista,
donde mis temores no ahoguen
nuestra amistad compartida.

Quisiera dedicarte un poema,
de esos que no se olvidan,
un poema que contenga la fuerza,
la ilusión y las ganas
con las que afrontas
tu caminar por la vida.

Quisiera dedicarte una canción,
que fuera distinta,
una canción que al escucharla
me hiciera recordar tu sinceridad,
tú entrega constante
y tu cálida empatía.

Quisiera tenerte cerca,
sentir tu paz y cercanía,
borrar la tristeza de tus ojos,
ser el amigo que tanto ansias.

Quisiera no exigirte nada,
y al mismo tiempo suplicarte
que te quedaras,
para que comprobaras que no deliro,
y que solo han sido
suposiciones infundadas.

Quisiera que de un sueño profundo se tratara,
que al despertar todo se olvidara,
y que la rosa de los vientos
de sus delicados pétalos
jamás hubiese sido desojada.


Solo quisiera que me perdonaras…

Samuel G.M.

!DÉJALO YA!




Te apoderaste de mis sueños sin saberlo,

y ahora navegas con ellos

reteniéndome preso del tiempo.

Mi mente ya agotada

sigue preguntándose a cada momento

si quizás no usó las palabras apropiadas.



¿Cuánta poesía he de transmitir

para que de una vez te acerques sincera,

o te alejes para siempre de mí?

Tu silencio me atormenta,

la incertidumbre de no saber si

mis palabras no entiendes

o simplemente has decidido huir

para no tener que hacerles frente.



¿Dónde quedó esa valentía

con la que cada noche

sin miedos ni temores

siempre me respondías?



¿Por qué no desvelas de una vez lo que sientes?



¿Por qué no respondes a mi poesía,

aunque tan solo fuese preguntándome

si son realidad o fantasía?



De nuevo el silencio…

De nuevo tu voz…



¡Para! Por favor ¡para!

No vuelvas a llamarme

para intentar quitarle importancia

a lo que para mí es tan importante.



¡Para! Por favor ¡para!

No quiero que me vuelvas a hablar

como si no hubieras leído o entendido

ni una sola palabra, letra o poesía

en todo este largo caminar.



¡Para! Por favor ¡para!

Si nunca tuviste intención de quererme,

ni de sacrificar ninguno de tus derechos

de dar y recibir esa clase de cariño

que siempre supiste

que me herían profundamente.



¡Para! Por favor ¡para! Y déjalo ya,

Deja ir este sin sentido

y déjame marchar,

para que mis lágrimas

se lleven uno a uno

todos esos sueños por los que aun

me es imposible olvidar.

Samuel G.M.

QUISIERA



Quisiera describirte con palabras
todo lo sucedido,
que en mi poesía
encontraras significado
al sentir de mi corazón herido,
pero por más que lo intento
todo se desvanece,
y tus manos no consiguen contener
este inmenso vacío.

Quisiera  volver a mirarte
con ojos de niño perdido,
con sonrisa sincera
y mirar escondido.

Quisiera que volvieras a mi vida
para darle sentido,
que caminaras a mi lado
si me encuentras perdido,
convertida en aquella luz que
devolvió el suspirar a un suspiro.

Quisiera que tu miedo a perderme
fuera más fuerte
que tu necesidad de sentirte
necesitada y admirada
de una forma diferente.

Quisiera encontrarte de nuevo,
donde iniciamos nuestro camino,
Y no volver a perderte 
entre sombras y olvido,
entre miradas y cariños
de quien nunca los ha merecido.

Quisiera que sintieras de nuevo
aquel mismo frío,
que te arroparas de nuevo conmigo,
y que en lo más profundo de mi alma
fueras aquella tan distinta
que siempre soñé que serías,
y que siempre esperé
soñando que siempre me esperaría.

Y a pesar de todo
solo quisiera
dejar de escribir,
porque de una vez admitieras
lo que aun no has sido
capaz de admitir:
Que al ofrecerte sin demora
a quien no se lo merece,
asemejaste con ello mi valía
a la del que poco te ofrece,
destruyendo todo lo valioso
que sin pretenderlo
empezamos cierto día a construir
con pedacitos de nuestro tiempo.

Samuel G.M.

¿DÓNDE ESTAS AMIGA?



¿Dónde estás amiga?
¿Dónde se fueron tus miradas
y caricias escondidas?
¿Dónde enterraste todo aquello que nos unía,
toda esa complicidad y fantasía?

No supiste valorar lo que te ofrecía
cambiando amor verdadero
por unos momentos
de exaltación encendida.
¿Dónde estás amiga?
¿Dónde quedó el defender con ansias
las mismas batallas,
las mismas luchas emprendidas?
¿Dónde quedó todo aquello
que nos llenaba de alegría
Y que hacían único
nuestro caminar por la vida?
¿Quién te  apartó de ese camino
que tantas veces
solíamos realizar a escondidas,
y que prometiste no abandonar
por mucho que te ofreciera la vida?

Quisiste adueñarte de todo,
 pensando que ya jamás lo perderías,
pero hay amigos que dejamos
engañados por nuestros deseos egoístas,
y hay deslealtades que
alimentan la desconfianza
y que permanecen como huella perenne
allí donde el amor no puede llegar,
ni puede hacernos  olvidar,
quedando grabadas de forma permanente,
marcadas como con fuego
para siempre en nuestra mente.

Samuel G.M.