Te apoderaste de mis sueños sin saberlo,
y ahora navegas con ellos
reteniéndome preso del tiempo.
Mi mente ya agotada
sigue preguntándose a cada momento
si quizás no usó las palabras apropiadas.
¿Cuánta poesía he de transmitir
para que de una vez te acerques sincera,
o te alejes para siempre de mí?
Tu silencio me atormenta,
la incertidumbre de no saber si
mis palabras no entiendes
o simplemente has decidido huir
para no tener que hacerles frente.
¿Dónde quedó esa valentía
con la que cada noche
sin miedos ni temores
siempre me respondías?
¿Por qué no desvelas de una vez lo que sientes?
¿Por qué no respondes a mi poesía,
aunque tan solo fuese preguntándome
si son realidad o fantasía?
De nuevo el silencio…
De nuevo tu voz…
¡Para! Por favor ¡para!
No vuelvas a llamarme
para intentar quitarle importancia
a lo que para mí es tan importante.
¡Para! Por favor ¡para!
No quiero que me vuelvas a hablar
como si no hubieras leído o entendido
ni una sola palabra, letra o poesía
en todo este largo caminar.
¡Para! Por favor ¡para!
Si nunca tuviste intención de quererme,
ni de sacrificar ninguno de tus derechos
de dar y recibir esa clase de cariño
que siempre supiste
que me herían profundamente.
¡Para! Por favor ¡para! Y déjalo ya,
Deja ir este sin sentido
y déjame marchar,
para que mis lágrimas
se lleven uno a uno
todos esos sueños por los que aun
me es imposible olvidar.
Samuel G.M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario