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Ser poeta conlleva consigo una enorme carga, ya que aunque en parte
libera algo de tu alma, inevitablemente también te condena a recordar
y revivir siempre aquello que escribes.
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Cuando tienes demasiado miedo a perder es inevitable que llegue el día que ya no tengas nada que ofrecer.
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Esa obsesión por poseer todo aquello que nos atrae, nos lleva a cometer
los actos más egoístas, crueles y despiadados, como intentar amar a alguien.
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En el amor, a veces es más soportable la duda del podrá ser, que la certeza del pudo haber sido.
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A veces uno basa su valía en el aprecio o valor que te concede la persona
a quien amas, y es un error, ya que normalmente solo un buen amigo puede ser
imparcial a la hora de darte aquello que mereces. La persona que ya tiene tu
atención y devoción muchas veces te hace sentir inferior o de poco valor
simplemente para hacerte creer que es un privilegio el que tú tienes de poder
estar con ella.
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Si uno no abre su corazón a sus amigos, difícilmente llegarán a quererte
por quien eres, por tu forma de percibir y sentir las cosas.
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Si uno no arriesga nada de sí mismo, difícilmente recibirá algo que
merezca la pena de los demás.
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Si
no hacemos todo lo posible porque nuestros sueños se cumplan, es mejor que ni
siquiera soñemos, pero hay que tener cuidado de que el afán por conseguir la
realización a toda costa de esos sueños no esté destruyendo la realidad a la
que volveremos si esos sueños no llegan a cumplirse.
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Hay
personas tan enamoradas de sí mismas, tan enamoradas de su vida, de sus
proyectos, que les es imposible correr los riesgos que requiere la entrega del
corazón.
- Se puede sobrevivir, pero para hacer la felicidad bella, esa magia que da el amor es a veces muy difícil sustituirla.
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A
veces nos pasamos la vida intentando realizar un sueño, sin darnos cuenta que
es ese sueño el que ha hecho imposible el que podamos soñar.
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El
objetivo de nuestras vidas no es llegar
a entenderlo todo, si no llegar a sentirlo, y como fin mayor llegar a
compartirlo.
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Todo
está en continuo movimiento, y aunque creas estar en el mismo sitio siempre, no
es así, avanzas sin darte cuenta, tu mente se clarifica poco a poco, y tu
corazón va sanando aunque lo haga de una forma silenciosa.
- Un verso a veces, es tan solo una lágrima que el corazón no se atrevió a derramar.
- Soñar con un mundo donde los animales dejen de usarse para llenar el vacío que produce el desencanto de los seres humanos.
Samuel G.M.
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